El ciclo estiramiento-acortamiento es fundamental para el entrenamiento de cualquier disciplina deportiva. La razón fundamental es que permite integrar la fase concéntrica y excéntrica del movimiento en el entrenamiento, con lo que se consigue una mejora del rendimiento físico y un aumento de la fuerza. Esta semana en el blog te hablamos del ciclo estiramiento-acortamiento y su relevancia para optimizar el entrenamiento de la mano de nuestro colaborador, Pedro Sebastián.

El entrenamiento de fuerza y el Rate of Force Development (RFD)

El entrenamiento de la fuerza se ha evidenciado como imprescindible para maximizar el rendimiento de cualquier persona. Por dicha importancia, ha sido objeto de estudio buscando la optimización del entrenamiento y, de esta forma, poder programar de una manera más eficiente con vistas a la excelencia deportiva o a la mejora de los resultados.

Actualmente, dentro del entrenamiento de fuerza ha tomado relevancia el término RFD (Rate of Force Development), o lo que es lo mismo, el entrenamiento basado en la velocidad de ejecución (VBT). De este modo, en España tenemos a unos de sus mayores exponentes: el Doctor Juan José González Badillo.

González Badillo, Sánchez-Medina y Fernando Pareja-Blanco (2017) en su último libro La velocidad de ejecución como referencia para la programación, control y evaluación del entrenamiento de fuerza establecen relaciones entre carga (% de RM) y la velocidad de ejecución (m/s) para los ejercicios principales como pueden ser: sentadilla, remo, press de banca…etc. A partir de estas tablas, fijándonos en la velocidad de ejecución de la fase concéntrica, podemos ver con qué carga se está trabajando, facilitando la tarea al entrenador. Además, con esta metodología se puede observar otros valores esenciales como es la pérdida de velocidad intra-serie e inter-serie – aspectos que no entraremos a desarrollar en este post.

Esta forma de trabajar, ha revolucionado las ciencias del entrenamiento. Sin embargo, no solo se vive del VBT. Como entrenadores personales o preparadores físicos, tenemos que prestar también atención a otro aspecto mecánico, que en esta obra y en estos estudios no se mencionan, como es el ciclo estiramiento-acortamiento (CEA), ya que estos autores estiman la relación carga-velocidad centrándose únicamente en la fase concéntrica.

Pedro Sebastián

Pedro Sebastián, Graduado en CCAFD

Recientemente, en un ensayo clínico desarrollado por Pedro Sebastián Salvador y tutorizado por el doctor Fernando Martín Rivera, observamos como la puesta en marcha del CEA en el ejercicio de sentadilla con peso libre aumentaba la producción de fuerza, incrementando la velocidad ante una misma carga en una media de 10 puntos. Es decir, si ante una carga del 80% de 1 RM, los sujetos realizaban la fase concéntrica a una velocidad media de 0,68 m/s, tal y como estima González Badillo et al. (2017: 96), tras la puesta en marcha del CEA, el ejercicio se realizaba a una VMP de 0,78 m/s.

 

El ciclo estiramiento-acortamiento (CEA)

El CEA es un mecanismo que se produce en el sistema músculo-tendinoso, concretamente entre la fase excéntrica y la fase concéntrica . Cuando un músculo está en la fase excéntrica, los 2 huesos involucrados en la articulación se están alejando. Por lo tanto, el músculo está estirándose. Pero, a su vez, esta contraído, para, de esta forma, controlar el movimiento que va a favor de la gravedad. Esta contracción hace que el músculo tire del tendón distal y se acumule energía elástica en este. Esta energía elástica puede aprovecharse en la siguiente fase concéntrica, siempre y cuando no trascurra un tiempo tal que permita la disipación de la misma. En caso de que se aproveche, permite una mayor producción de fuerza.

Por ello, el CEA y su entrenamiento es de vital importancia para cualquier disciplina deportiva, ya que un gesto deportivo o acción motriz a nivel neuromuscular, se tiene que entender como un sistema que integra tanto fase concéntrica como fase excéntrica.

Pedro Sebastián

Por lo tanto, el entrenamiento de la fase excéntrica de manera conjunta con el de la fase concéntrica buscando la puesta en marcha del CEA nos va a llevar a una mejora en el rendimiento, permitiendo una mayor producción de fuerza debido a la energía elástica almacenada en los tendones (Maroto-Izquierdo et al., 2017). También prevenir lesiones y realizar un gesto más eficiente a nivel de gasto energético, lo que se traduce en un menor consumo de oxígeno para una acción dada.

Una manera muy interesante de trabajar la fase excéntrica y el CEA es con la máquina isoinercial EPTE® Inertial Concept, ya que produce una sobrecarga excéntrica. Además, las características y funcionamiento del dispositivo inercial EPTE® favorecen la aparición del CEA dado que la propia dinámica del volante de inercia no te permite realizar una parada entre la fase concéntrica y excéntrica.

Por todo ello, el entrenamiento inercial parece más eficaz que el entrenamiento con peso libre para mejorar capacidades relacionadas con el rendimiento, tales como el salto vertical y la velocidad, donde el CEA toma una gran relevancia (de Hoyo et al., 2015, p. 10)

 

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